ESTRELLAS DEL MAÑANA: ANÁLISIS EUROPEO SUB 21
Estimados lectores, me otorgan
el privilegio de volver a escribir en este blog que poco a poco crece gracias a
vuestro interés y molestia en leernos diariamente. Como había prometido,
comentaré mi impresión sobre las sensaciones que ha dejado la rojita de Thiago,
Isco, Morata y cía en el Europeo adjudicado hace una semana en Jerusalén.
ESPAÑA SUB 21: VERSION MEJORADA DE UNA GENERACION GANADORA
España es de nuevo campeona de Europa Sub-21. Ha sido
muy regular en el torneo, mostrando diferentes registros y varias opciones de
juego con dos sistemas diferentes (4-2-3-1 y 4-3-3) pero siempre asociados a
una misma idea. El gen de este grupo es dominar a sus rivales a través de la
posesión del balón, pero ha sabido jugar también en transición cuando lo ha
necesitado. La victoria 4-2 ante Italia en la gran final es un digno colofón
para un título muy merecido.
Lopetegui decidió repetir el mismo equipo de las
semifinales ante Noruega con la única novedad de Morata en el puesto de
Rodrigo. Sus cuatro goles en los cuatro partidos antes de la gran final le
terminaron abriendo las puertas de la titularidad, en detrimento de un Rodrigo
que ha tenido un papel de desgaste para las defensas rivales en este
campeonato.
Italia, sin el centrocampista Marrone, lesionado ante
Inglaterra en el primer partido, y con Insigne muy tocado físicamente, optó
desde el inicio por ceder la iniciativa, aunque en su once había jugadores de
clara vocación ofensiva. Rossi ha sido la pareja de un Verratti que no ha
podido tener peso en el encuentro; Florenzi en la derecha, Insigne en la
izquierda, para ir de fuera hacia dentro, y dos segundos puntas arriba como
Borini e Immobile para intentar hacer daño a la espalda de la defensa española.
El ritmo fue alto desde el inicio. Ambos conjuntos no
dudaban en salir en largo desde atrás si era menester y el partido corría de un
área a la otra sin mucho control en la zona ancha, aunque entre ambos
mediocentros, Verratti e Illarramendi, había una diferencia: los pases del
jugador de la Real Sociedad sí conseguían liberar el juego español de la
presión italiana.
El partido no tenía un dueño claro en el primer tramo,
pero España tenía más peligro en campo contrario. Una extraordinaria maniobra
de Isco y Morata continuó con la incursión del delantero del Real Madrid por el
costado izquierdo, su favorito, centró con la izquierda y Thiago, que había
leído el espacio de maravilla, apareció sólo en el centro del área para para
anotar de cabeza el gol.
En ausencia de un un dominador claro, un balón largo
del central derecho italiano Bianchetti, que bien lo habrían firmado
Beckenbauer, Hierro o Piqué, encontró la colaboración de Iñigo Martínez, que
midió mal, Immobile hizo un control majestuoso y levantó el balón ante la
salida de De Gea. Fue el empate a uno.
Con el paso de los minutos el dominio de España se
intensificó. Se jugaba más tiempo cerca del área italiana y ahí España tiene
muchas soluciones. Un buen balón de Koke encontró la colaboración de Luca
Caldirola, que al igual que Iñigo Martínez en el gol de Immobile, midió mal.
Thiago controló con el pecho y su disparo entró en la portería tras tocar en
Bardi. El azulgrana demostró mucha facilidad para acudir a la zona de gol
cuando no tenía la pelota.
El último tramo de la primera parte reafirmó el
dominio de España. Sólo Florenzi, desde su reducto en la banda derecha, e
Immobile, con sus constantes desmarques, oponían resistencia. Tello, en uno de
sus cambios de banda, entró en diagonal cerca de la banda izquierda, donde
mejor rinde, aunque en esta Eurocopa haya jugado casi siempre por la derecha.
Donati le derribó haciendo un penalti claro. Thiago anotó el tercero de España.
Con el marcador muy favorable, el segundo acto se
presentaba de nuevo como una buena oportunidad para España de hacer daño en
transición. Como en la segunda parte ante Holanda o en el tramo final del
partido ante Noruega, castigó los espacios que se generaban a raíz de la
obligación italiana de ir más arriba para recortar distancias. Mangia dio
entrada a Saponara y Gabbiadini en sustitución de un buen Florenzi y de
Immobile.
Italia no consiguió dominar a España cerca del área de
De Gea y cualquier pérdida era mortal. Una gran carrera de Montoya doblando por
su banda derecha concluyó con un nuevo penalti, en esta ocasión por derribo de
un Regini superado por completo. Insigne, además de ser un jugador ofensivo
estaba tocado y no le pudo ayudar nunca. Thiago cedió esta vez el turno a Isco que
anotó el cuarto transformando la pena máxima.
Con Verratti desaparecido, Mangia dio entrada a Crimi
en un último intento de crecer en mediocampo. Lopetegui dio entrada a Rodrigo
por Morata y más tarde, para blindar el triunfo, a Camacho por un Koke que ha
hecho un gran torneo como medio de acompañamiento aportando solidez. Entre
ambos cambios apareció Insigne, que pese a estar muy tocado filtró un pase
magnífico entre líneas que aprovechó Borini para anotar el segundo gol de la azzurra
con un buen disparo.
El partido no dio para más. España es campeona con
todo merecimiento. A nivel general de todo el torneo asentó su victoria en
varios pilares: un gran De Gea, el magnífico trabajo de sus laterales, Montoya
y Moreno, Illarramendi como faro del equipo, la fantasía de Isco y el buen
momento de Morata. En la gran final, Thiago interpretó el partido como no lo
había hecho aún en el campeonato, y fue la guinda. No me quiero olvidar de
Koke; tras un Mundial Sub-20 de Colombia complicado en el 2011 y unos JJOO
difíciles en Londres el año pasado, encontró su hueco en esta Eurocopa. No
arrancó como titular en el primer encuentro, pero cuando lo hizo aportó solidez
y eficacia en el pase, clave para que España fuera más competitiva.
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